8 años soltera “¿hay algo mal contigo?”

En su primera cita con Eduardo, él le preguntó cuánto tiempo había pasado desde su última relación.

Brenda giró su cabeza hacia el techo, hacia la mesa y rasgó con sus uñas su copa de vino.

Ella siempre ha odiado esa pregunta. Le parece descaradamente evaluativa. Como la de un agente de Recursos Humanos preguntando por un vacío en su currículum, o la de un dentista preguntando hace cuanto tiempo no se hace una limpieza dental.

Aunque sabía que él no la estaba evaluando, aún así prefería evitar ese tema. Brenda y Eduardo llevaban dos meses siendo compañeros de trabajo, y en ese bar abarrotado aquel viernes por la noche, hablaban con la sinceridad de los buenos amigos. Él le contó sobre su doloroso divorcio, sus problemas económicos, su soledad.

A pesar de que él se estaba abriendo con ella y le contaba detalles íntimos de su vida, Brenda no respondió a esa pregunta.

No quería que Eduardo supiera la verdad: que a sus 39 años no había tenido un novio formal en ocho años.

Brenda ya ha visto a hombres reaccionar ante esta información, incluso cuando el número de años era menor. La han mirado de forma curiosa, como si fuese un restaurante con muy pocos clientes, o una casa que ha estado en venta por mucho tiempo. Incluso en una ocasión un hombre le dijo…