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–A mí, mis papás me pegaban de niño y yo no estoy traumado, –afirmó el hombre que su expareja le denunció por violencia física.
–A mí de niño me dejaban llorando solo hasta que me durmiera y tan mal no salí, –señaló el hombre que pasa largas horas trasnochando en redes sociales afectando su sueño.
–A mí me castigaban de niño y estoy bien, –dijo el hombre que cada que comete un error, se dice a sí mismo palabras de desprecio como forma de autocastigo.
–A mí de niña me pusieron mano dura y sufro de un trauma llamado “educación”, –afirmó la mujer que sigue sin entender por qué todas sus parejas terminan siendo agresivas, física o emocionalmente
–Cuando yo me ponía de caprichosa cuando niña, mi padre me encerraba en una habitación sola para que aprendiera y hoy se lo agradezco, –dijo la mujer que ha sufrido ataques de ansiedad y no se explica por qué teme tanto a estar encerrada en espacios pequeños.
–A mí mis padres me decían que me iban a dejar sola o a regalar con un desconocido cuando hacía mis berrinches y no tengo traumas, –dijo la mujer que ha rogado por amor y ha perdonado reiteradas infidelidades a su pareja con tal de no sentirse abandonada.
–A mí mis padres me controlaban solo con la mirada y mira lo bien que salí, –señaló la mujer que no puede mantener contacto visual con figuras de ‘autoridad’ sin sentirse intimidada.