Beatriz no entiende por qué sigue con su pareja si se hacen tanto daño.

— ¿Por qué carajos seguimos juntos? — Se cuestiona.

Se lastiman cada vez que el coraje se apodera de ellos, se hieren con cada palabra que pronuncian, con cada mirada cargada de dolor, de desprecio, de amor y desamor.

Y cada día la distancia que se va haciendo es cada vez más ancha en su cama; después, viene el arrepentimiento y las reconciliaciones con un buen sexo, pero al final Beatriz no deja de sentirse tan triste, tan vacía, tan dolida.

Ella quisiera poder regresar el tiempo, revivir aquellos momentos que los hicieron alejarse, y tener nuevamente la oportunidad de enfrentarlos de forma diferente.

De hablar más y callar menos. Era tan joven, tan inmadura y cree que cometió uno y mil errores que los fueron alejando un poco más cada día.

Beatriz quiere irse, dejarlo libre para que vaya con una y con otra, para que tenga sexo con quien le apetezca y que esas acciones no le produzcan dolor.

Beatriz cree que eso es lo único en lo que él piensa, lo único que le importa. Muchas veces se pregunta que es lo que él busca, porque ella no está a la altura de las otras mujeres.

Beatriz se siente poca cosa, sus pechos, sus piernas, sus caderas ya no son perfectas. Ve mil defectos en ella… y eso la lastima y lo lastima a él…