Carta a las mujeres que le dijeron que no debía ser una cualquiera.

Desde que era pequeña, Paola aprendió que no debía ser una cualquiera. Le dijeron que sería muy malo.

Tal estatus significaba que era indecente, indigna, poco confiable y, sobre todo, que no era una buena chica. Después de todo, las mujeres cualquiera destruyen todo y cualquier cosa a su paso. Por lo tanto, Paola debía hacer todo lo que estuviera en su poder para evitar convertirse en una.

Resulta que el problema es que es muy fácil perderse y aterrizar en territorios inmorales.

Todo comenzó con su cuerpo. ¿Es indecente? Entre su cambio de la niñez a la pubertad, su cuerpo la traicionó con todos esos molestos cambios. Sus pechos y su trasero crecieron, provocando las miradas. Después de todo, ¿cómo podrían los hombres retirar las miradas de unos pechos nacientes, cuando felizmente se ofrecen a todos los transeúntes? Sí claro Paola, tan solo usaba su uniforme de secundaria, pero las otras mujeres le decían que ella debía saber, que incluso también con ese uniforme provocaba a los hombres que la miraban.

Le informaron que todo era culpa suya y que, para evitar que esto sucediera, tenía que aprender a ser discreta. De lo contrario, todo el mundo sabría que lo único que ella quería era que la vieran. ¿Qué clase de chica indecente era que parecía que todos…