Cuando necesité ayuda ofrecí ayuda, cuando necesité amor ofrecí amor. Esto fue lo que sucedió…
En 2017 dejé oficialmente mi trabajo como Director de Ventas en Latinoamérica de una empresa muy importante, para ir con toda mi pasión y mi energía a conquistar un sueño y una meta.
Ese sueño era (es), vivir de lo que más me apasiona en la vida que es leer y escribir y, la meta: generar un millón de dólares en 4 años.
Y luego… Esto sucedió.
Al principio las cosas no salieron como lo esperaba. Mejor dicho, al principio las cosas salieron terrible y catastróficamente diferentes a como lo esperaba.
Bastaron unos cuantos meses para poner en riesgo absolutamente todo en mi vida. Mi salud, mis finanzas y mi ya de por sí, casi inexistentes relaciones personales.
El glamour que hay en la hazaña de perseguir un sueño, para mí fue todo menos glamoroso.
Al primer mes tenía dos clientes “confirmados” que me darían casi los ingresos de mi último sueldo. Uno de ellos redujo el proyecto a la mitad y el otro ya no me contestó.
Al segundo mes, uno de los proyectos que había hecho en el pasado fue un fracaso y el cliente no me pagó lo que habíamos acordado.
Para el tercer mes, tuve dos crisis de ansiedad. En la primera mi hermano fue a “rescatarme” a mi casa y en la segunda, llegué por mi propia cuenta al hospital a las cuatro de la mañana lleno de ronchas en la piel.
Y así fue el camino durante prácticamente todo el primer año a pesar de que, según yo, estaba haciendo todo como se suponía que debería estarlo haciendo.
Me levantaba temprano para trabajar, me acostaba tarde trabajando, trabajaba sábado y domingo. Y, además, meditaba, visualizaba, decretaba y ejecutaba todos los otros verbos que los coaches de vida te dicen en YouTube que tienes que hacer.
A pesar de todo eso, las cosas que quería para mi vida y mi negocio, simplemente no se me daban.
Pero un domingo por la tarde, exhausto y muy frustrado salí a caminar y me encontré con un amigo que estaba también desesperado por conseguir clientes.
Me pidió ayuda, en ese momento yo parecía ser la persona menos indicada para ayudarle con eso, sin embargo, lo hice.
Resultó ser que yo tenía muy buenos contactos para lo que él necesitaba y prácticamente terminé vendiendo sus cosas por él a varios prospectos. Sin esperar una comisión o algo a cambio.
Curiosamente unos días después, dos clientes que tenía perdidos desde hacía meses volvieron a llamarme. Parecía que la vida me estaba regresando el favor.
En las siguientes semanas me pasaron eventos muy similares y entonces lo empecé a entender: “Da aquello que más necesitas”.
Si quieres dinero, da dinero, sé generoso, ayuda a los demás y el dinero regresará a ti. Si quieres tiempo, da de tu tiempo, no lo inviertas solo en ti.Si quieres ayuda, ofrece ayuda, y después te sobrarán manos que quieran ayudarte.
Ahí estaba la clave, todo lo que estaba haciendo al principio tenía que ver conmigo y no con los demás.
Hoy lo veo mucho más claro, si tienes problemas para ser feliz, ayuda a ser feliz a alguien más y mira que pasa.
Aunque creas que no te alcanza: da $500 pesos de propina, ayuda a pagar la escuela a alguien y mira que sucede. Aunque creas que no tienes tiempo: haz un espacio para ir a limpiar el camellón de la avenida, y mira que sucede.
La mayoría cree que hay que dar lo que sobra y por eso nunca da nada: “si me sobra dinero ayudo”, “si me sobra tiempo ayudo”.
Sin embargo, la vida funciona exactamente al revés.
Si no consigues lo que quieres, estás pensando demasiado en ti.
Trabaja fuerte por tus cosas pero no te olvides de hacer esto y… Ya verás.
Abrazo
Soy Alex, escritor, empresario y fundador de epicbook. Me dedico a escribir libros para figuras públicas y a contar historias. Sígueme en Instagram y en Facebook, si quieres aprender a contar tu propia historia y si quieres escribir tu libro para posicionarte como experto, crecer tu carrera, tu imagen y tu negocio.
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