Cuando Tania tenía 18 años, empezó a comprar cosas para su futuro hogar y familia: libros infantiles, bonitas tazas, ropa de cocina. Mirando hacia atrás, parece que estaba almacenando su propio cofre de esperanza.
Estaba tan segura en ese momento de que se casaría pronto y formaría una familia. Aunque quería ser escritora más que cualquier otra cosa, ser esposa y madre siempre había sido muy importante para ella.
A menudo se preguntaba por qué ese deseo estaba tan arraigado en ella. Los mensajes que se alimentan a las niñas se centran, incluso hasta el día de hoy, extrañamente en la celebración o la búsqueda de sus roles como novias, esposas y madres. Todas las películas y dibujos animados que Tania vio cuando era niña parecían terminar con una mujer llevada a la puesta de sol por un hombre.
Observar a su madre tampoco le ayudó. Creció con dos hermanos y una figura paterna muy fuerte, ninguno de los cuales pudo ver el papel de una mujer como algo diferente a una esposa y madre.
Mientras sus tíos aprendieron a dirigir el negocio familiar, su madre creyó que no era lo suficientemente inteligente o capaz de hacerlo. Su mayor aspiración, como le dijo a Tania, una y otra vez, era ser madre.
Así que tal vez sea comprensible porque Tania se centró en el matrimonio tan pronto como se convirtó en un adulto legal.
Sus amigas no eran diferentes. Muchas de ellas se comprometieron cuando estaban estudiando la Universidad.
Tener una pareja segura era tan importante para el futuro que era el tema…