¿Cómo dejar de tomar decisiones basadas en el miedo?

4 min readJul 22, 2019

Cuando conseguí mi primer empleo me sentí súper emocionado. El lunes por la mañana ahí estaba yo, en un edificio corporativo con recepcionistas y policía en la puerta. 22 años, un saco que me quedaba grande de los hombros, un nudo de corbata mal hecho y muy poca idea de lo que se trataba la vida. Por supuesto nula idea de lo que era trabajar.

Cuando me dieron la credencial que me daba acceso al edificio, por alguna extraña razón, justo en ese momento me sentí importante. La portaba con orgullo colgada de mi cinturón y no era para menos, finalmente tenía validación de alguien. De una empresa, era una persona útil, era oficialmente integrante de la población económicamente activa.

Pero esa sensación de orgullo desapareció 6 semanas después. El cliente que me asignaron resultó ser un verdadero hijoeputa… pero como tenía miedo de perderlo, así como de perder mi empleo, dejé que me humillara y me gritara en múltiples ocasiones.

Hasta que un buen día no pude más y renuncié. Me hubiese encantado irme de ahí como un héroe que defendía su dignidad y salir caminando con una caja de cartón con mis cosas y una sonrisa de orgullo en la cara. Como Tom Cruise en la película de Jerry Maguire o algo así, pero nada que ver. Me sentía como un cobarde, como un verdadero tonto.

Todos mis amigos y mis excompañeros de trabajo creían que acaba de tirar mi carrera por el inodoro. Y yo también. Luego entendí que esa decisión la tomé por amor, no por miedo.

Uno de mis mejores amigos me dijo que su abuela le decía que sólo hay dos tipos de decisiones, las tomadas por miedo y las tomadas por amor.

Por ejemplo, si tienes un trabajo que odias y decides quedarte ahí porque no sabes si podrás conseguir otra cosa, claramente es tu miedo quien decidió. Pero si te quedas porque hay oportunidad de crecer, ahí es el amor el que está decidiendo por ti.

Si tienes una relación que ya no te hace feliz y te quedas en ella para no quedarte solo, o por el temor de perjudicar a tus hijos, nuevamente el miedo es quien decide. Pero si te quedas porque sabes que ambos pueden construir un proyecto de vida en común, entonces esa decisión viene desde el amor.

He pensado mucho en ello últimamente y me puse a repasar algunas de las decisiones más importantes que he tomado en mi vida.

1. Conseguí un empleo que no me gustaba = miedo

2. Renuncié a un empleo que no me gustaba (4 veces) = amor

3. Permanecí mucho tiempo en una relación que no me llenaba = miedo

4. Me separé de una relación que no me llenaba = amor

5. Escribí un libro por compromiso y fue un fracaso = miedo.

6. Escribí uno cuyo proceso me encantó y fue un éxito = amor.

Y así sucesivamente. ¡Ok, Ok!, la abuela de mi amigo tenía razón.

Cada decisión que he tomado ha sido por miedo o por amor. No solo las grandes decisiones, incluso también las más pequeñas.

Por lo visto, las decisiones basadas en el miedo nunca han funcionado para mí. Siempre me ha ido mal. Y es que tomar una decisión basada en el miedo es como darle el poder y control de tu vida a alguien más.

En cambio, las decisiones basadas en el amor se convirtieron en ciertos “milagros” que no podría haber imaginado.

Las decisiones basadas en el amor se sienten en el cuerpo. Se expande el pecho, emocionan tu mente, te mantienen optimista y con esperanza.

Conforme va avanzando la vida, las decisiones basadas en el amor se convierten en historias que contar. Las decisiones basadas en el miedo se convierten en remordimientos.

Así que para dejar de decidir con miedo solo piensa en ti, y no en los demás. Piensa realmente qué es mejor, y haz eso. Escucha a tu intuición y casi siempre tendrás la razón.

Gracias, abuela de mi amigo.

Abrazo.

Soy Alex, escritor, empresario y fundador de epicbook. Me dedico a escribir libros para figuras públicas y a contar historias. Sígueme en Instagram y en Facebook, si quieres aprender a contar tu propia historia y si quieres escribir tu libro para posicionarte como experto, crecer tu carrera, tu imagen y tu negocio.