Cómo venderte a ti mismo para conseguir absolutamente todo lo que quieres.
Algún día fui un recién graduado de 22 años, sin saber qué hacer con mi vida.
Muchos otros graduados decían que conseguir un empleo en México, después de la universidad, era más difícil que ganar un mundial de fútbol.
Así que una parte de mí creía que mi destino inmediato sería empezar por manejar un taxi o algo así.
Sin embargo, mi intuición me decía que, si quería algo, tenía que pedirlo. Y para ello tenía que sacudirme el miedo y ofrecer algo de valor a cambio. Según yo, no había otra forma.
Pero qué podía ofrecer de valor a cambio, si la sección de “Experiencia Laboral” de mi curriculum, se veía bastante insípida: “trabajar en el taller de mi papá en vacaciones, lavar coches de los vecinos… en vacaciones y repartir folletos de Walmart en los semáforos. Si, adivinaste… también en vacaciones.
Aun así, hice cientos de curriculums y los envié a distintas empresas.
“Milagrosamente”, unos pocos días después, me llamaron de una de las empresas más grandes del mundo para ofrecerme mi primer empleo. A cambio les ofrecí mi actitud, mis ganas y mi disponibilidad de aprender. El empleo fue mío.
Resultó ser que tuve razón, lo único que tuve que hacer para conseguirlo fue… saber qué quería, pedirlo y ofrecer algo a cambio.
Unos años más tarde, vi un local vacío dentro de un club de tenis. Así que se me ocurrió que podía ser una buena idea poner un restaurante ahí para todos los socios. Busqué hablar con el dueño y le ofrecí mi tiempo, a cambio le pedí dejarme operar el restaurante.
“Milagrosamente”, estuvo de acuerdo.
Resultó ser, que lo único que tuve que hacer fue… saber lo que quería, pedirlo y ofrecer algo a cambio.
Posteriormente, se me ocurrió dar cursos los fines de semana para ganar más dinero. No tenía idea de cómo hacer un curso y mucho menos cómo venderlo… Así que empecé a contactar a amigos y conocidos, les pedí que tomaran mi curso y a cambio les di todo mi conocimiento que aprendí al trabajar en una de las mejores empresas del mundo.
“Milagrosamente”, muchos aceptaron.
Resultó ser que lo único que tuve que hacer fue… Sí, adivinaste otra vez: saber qué quería, pedirlo y ofrecer algo a cambio.
Y así ha sido siempre.
Aun sin experiencia laboral, conseguí trabajar en la mejor empresa del mundo. No sabía nada de restaurantes y conseguí un negocio que me dio de comer por 7 años, y no sabía cómo dar cursos y ese proyecto terminó convirtiéndose en la base de lo que hago hoy.
En todos los casos, lo único que tuve que hacer fue saber exactamente lo que quería, pedirlo y ofrecer algo a cambio.
No siempre fue fácil. En muchas ocasiones no sabía exactamente lo que quería y en otras lo sabía, pero moría de miedo. Pero aún así, jamás he dejado de pedir lo que quiero.
Todo aquello que quieres en la vida, alguien más lo tiene. Así que la fórmula es simple: identifica exactamente lo que quieres, pídelo y ofrece algo a cambio.
Muchas personas dejan de hacer cosas porque no están “aun listos”, porque aún “no se sienten preparados para la oportunidad” o porque “los tiempos no son los correctos”. Nada de esto es cierto, lo único que hay en su cabeza es confusión y sobre todo miedo.
Miedo a pedir lo que quieren. Mi papá siempre me decía de niño: “el que poco pide, poco merece”. En su momento no lo entendía, pero hoy, lo tengo muy claro, el que no pide o pide poco, poco es lo que obtiene.
Así que la mejor forma de venderte a ti mismo para que te contraten, para que compren tus productos o para que esa persona que te gusta sea tu novia, es tener absoluta seguridad de lo que quieres, pedirlo, y dar algo de valor a cambio.
Quítate el miedo y pídelo.
Aquellos que pida y pidan y pidan y no se cansen de pedir… Finalmente recibirán.
Abrazo.
Soy Alex, escritor, empresario y fundador de epicbook. Me dedico a escribir libros para figuras públicas y a contar historias. Sígueme en Instagram y en Facebook, si quieres aprender a contar tu propia historia y si quieres escribir tu libro para posicionarte como experto, crecer tu carrera, tu imagen y tu negocio.