Member-only story

Dejé de comer Panditas rojos por una semana y esto fue lo que sucedió.

Alex Pacheco
2 min readNov 3, 2024

--

Mi relación con los Panditas rojos siempre ha sido difícil. Es esa complicada dicotomía de las noches interminables, escondiendo las bolsitas en la alacena y la constante ansiedad de saber que están ahí esperándome. Todo eso era agotador, tanto física como emocionalmente.

Así que lo dejé. Abandoné cualquier Pandita durante una semana, incluso de otros colores. Nada, ni siquiera uno rápido e “inofensivo” que bien podría invitarme algún niño de 6 años en una fiesta de cumpleaños. Era hora de un cambio, de un giro hacia un estilo de vida más aburrido.

Estas son las lecciones que este experimento me dejó.

Aprendí a ser más selectivo.

Hay muchas razones legítimas para comerte una bolsa entera de Panditas tú solo; no obstante, muchas veces le he compartido de mi bolsa a personas que ni siquiera me importaban.

Es mejor ser cauteloso que impulsivo. La próxima vez pensaré: si esta fuera la última bolsa que pudiera comerme, ¿la compartiría con esta persona?

Aprendí que mi salud mental es lo más importante.

Si no puedes imaginar una vida sin un Pandita rojo, no estás solo. Encontrar el equilibrio correcto y ajustar continuamente tu enfoque puede no venir de forma natural para ti, pero…

--

--

Alex Pacheco
Alex Pacheco

Written by Alex Pacheco

Bestselling Author, Founder in Epicbook, Life Enthusiast

No responses yet