Después de la primera noche juntos… Él ya no volvió a llamar

Alex Pacheco
5 min readAug 22, 2019

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Azotó el teléfono en la cama, se llevó ambas manos a la cara y sacudió la cabeza. Esa fue al menos la 3,224a vez que lo revisaba para ver si parpadeaba el pequeño puntito de la esquina superior derecha, anunciando felizmente que había recibido un mensaje de WhatsApp. Pero nada…

Tal vez el mensaje si llegó y por estar distraída y no leerlo en el momento, el tan esperado texto se borró… Por algo, mágicamente. Eso era lo que ella quería pensar. Sonia no pierde la esperanza…. Han pasado cuatro días.

Sonia, leyó en internet esto: “fantasmear, es evitar a alguien hasta que entienda “el mensaje” de que no te interesa más y deje de contactarte”.

Sonia entendió “el mensaje” a los dos días. Pero su orgullo, su ego, su corazón y los lugares de su cuerpo donde él la tocó tan dulcemente quieren más. Todos ellos aún están esperando un nuevo mensaje, una señal,…

Todo comenzó inocentemente. Una cita de café se convirtió en una cita de vino tinto en ese pequeñito bar del callejón a unas cuadras de su casa. Horas de tomar el tinto, hablar, reír y coquetear, culminando con en el más romántico de los besos.

Él la llevó agarrada de la mano hasta su departamento, se detuvieron en la puerta del edificio. Los hombros de Sonia contra la pared, las miradas frente a frente, la tomó de la cintura con ambos brazos y con fuerza la jaló hacia su cuerpo. Sonia elevó su pierna izquierda para ponerla a la altura de la cintura de él, ignorando las miradas del portero del edificio. La escena duró varios minutos… se despidieron con un beso.

Ella se quedó “volando” no se lo creía, una mujer de 42, sintiéndose como una niña de 13 años con su primer amor. Tenía mucho tiempo que no llegaba tan lejos con alguien como para grabar su nombre y apellido en su teléfono… Pero, espera, Hmm.., ¿cuál es su apellido? No había ninguno. Él aún no le había contado nada acerca de su vida. Pero no importaba, ya tendrían tiempo de sobra para eso…

Los siguientes días de aquella primera cita, fueron una ráfaga de mensajes de texto, respuestas casi inmediatas, pensamientos coquetos y anticipación.

Ella: Hola guapo espero que tu día sea genial.

Él: Hoy vi este gran libro, el título era "Miradas que cautivan", ¡me hizo pensar en ti! "

Ella: ¡No puedo esperar para ver tus ojos otra vez!

Él: ¡Tu mirada es aún más hermosa!

Sonia no anticipaba que algo podría salir mal, todo indicaba que “este” era el indicado. Había grandes sonrisas cada vez que su teléfono zumbaba, pequeñas risitas escapaban de sus labios ante las cosas encantadoras que él decía. Había selfies y emojis de corazón y todas esas cosas.

Y entonces, se agendó una siguiente cita. El día y la hora marcada para verse por segunda vez habían sido establecidos. Sonia no podía esperar.

Finalmente, el día llegó.

Sonia se despertó con la hermosa luz del sol y la anticipación de continuar este pequeño y encantador romance que la tenía loca. Hizo su café, cantando en voz alta, y le envió un mensaje de texto rápido.

Ella: ¡Buenos días Sunshine! ¡No puedo esperar a verte más tarde!

Él ¡Nos vemos esta noche preciosa!

Esta segunda cita fue aún más encantadora. Se desbordaban el uno contra el otro mientras compartían un delicioso pastel de chocolate con una sola cuchara. Se besaban públicamente, todo el tiempo, y, bebían una botella fría de Merlot.

Después de la cena, en la corta caminata de regreso a su departamento, se distraían con frecuencia con cada toqueteo aleatorio, deteniéndose para besarse, empujándose el uno al otro contra una pared y disfrutando tranquilamente del sabor del vino en la boca del otro antes de continuar caminando.

Una vez que llegaron al departamento de Sonia, no encendieron las luces, pero mientras él le quitaba el abrigo y le bajaba el cierre de su vestido, el cual recorría toda su espalda, ella encendía velas y ponía música suave. Giró hacia sus brazos, puso su rostro contra su cuello y olió su aroma ligeramente dulce, fuerte. Él la llevó a la cama. Los profundos y apasionados besos sensuales continuaron…

Se rieron y hablaron de todo, su trabajo, el de ella, las mujeres en su trabajo que están enamoradas de él, los viajes, la música, su filosofía de la vida y lo que Sonia está buscando en una relación en este momento. Entre palabras había besos, caricias y largos silencios cómodos envueltos en los brazos del otro.

A altas horas de la noche, él le comentó que tenía que irse, Sonia lo invitó a quedarse, pero él declinó. Se dieron un beso despedida…

A la mañana siguiente, Sonia abrió los ojos y sus pensamientos fueron inmediatamente hacia él. Se estiró lánguidamente, flexionando sus músculos, recordando todas las formas en que él la tocó la noche anterior y agarró su teléfono.

Ella: ¡Buenos días guapo! Que noche tan maravillosa. ¡No puedo esperar a verte de nuevo! ¡BESO!

Él:

(Tarde)

Ella: ¡Hola tú! ¿Todo bien? …

Él:

Fantasmear: “Evitar a alguien hasta que el otro entienda que no le interesas más y deje de contactarte”.

Él, se había ido.

Abrazo

Alex

Soy Alex, escritor, empresario y fundador de epicbook. Me dedico a escribir libros para figuras públicas y a contar historias. Sígueme en Instagram y en Facebook, si quieres aprender a contar tu propia historia y si quieres escribir tu libro para posicionarte como experto, crecer tu carrera, tu imagen y tu negocio.

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Written by Alex Pacheco

Bestselling Author, Founder in Epicbook, Life Enthusiast

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