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Ella no puede ser solo su amiga.
Sucedió tan rápido y, sin embargo, a cámara lenta, que todavía no puede creerlo. Especialmente porque, en cierto modo, fue ella quien lo terminó.
Y ahora está perdiendo completamente todo.
El principio del fin…
Todo comenzó cuando a Ingrid le dieron ganas de preguntarle a la persona con la que llevaba saliendo poco más de un año si alguna vez se divorciaría de su esposa. No le pidió que lo hiciera ahora. Solo quería saber si en algún momento sería una opción.
Él le dijo que no lo sabía. Que tenía cosas que resolver antes de poder responder esa pregunta. Lo que Ingrid ya sabía, por cierto, porque eso es lo mismo que le dijo cuando se conocieron. De hecho, nunca tuvo que prometer divorciarse ya que él llevaba mucho tiempo teniendo muchos problemas con de su esposa, sin tener algún tipo de contacto sexual e incluso las conversaciones eran casi nulas y únicamente para temas referentes a sus hijos. Él nunca prometió divorciarse, Ingrid jamás se lo pidió y si en algún momento salía el tema de un futuro juntos a la conversación él solo decía “si”.
Aun así, su respuesta a esta pregunta tan dura, que sabía que no debía hacer la hizo enojar mucho.
“Tenemos que dejar de vernos”, dijo Ingrid. Lo dijo en serio.