Emma terminó con quien fue su pareja por 10 años. Pasó amargas horas que se convirtieron en días, sintiéndose sola, triste, devastada.
En algunos momentos sintió que no podría continuar con su vida. Pero un día despertó con un ánimo renovado. Exactamente no sabe que fue lo que detonó el cambio en su actitud.
Recuerda esa mañana en la que el primer rayo del sol la hizo sonreír y al darse cuenta de que la tristeza se había ido, empezó a reír.
Supo que tenía que volver a brillar, y que ahora ese brillo debía ser mucho más fuerte. Sus miedos se fueron al sentirse plena y segura.
Emma se cuestionó el tiempo que había pasado con él, esos 10 años de su vida en los que no había logrado sentirse del todo plena. Empezó a creer que realmente su matrimonio había sido demasiado tóxico y ella no se había percatado de ello.

— ¿Por qué las mujeres permanecemos en relaciones difíciles o tóxicas con hombres que abusan de nosotras? — Se cuestionó.

Y después de mucho reflexionarlo tuvo la respuesta:
— Una mujer, se queda debido a sus miedos, las mentiras en las que cree y la
esperanza de un futuro diferente y mejor.
Estas relaciones equivocadas afectan seriamente la autoestima de una mujer y la hace sentir constantemente estresada, agotada, enojada, indigna, no escuchada, invisible, resentida e infeliz.