En cuanto los labios se tocaron.

Cuando nos besamos por primera, vez había mucha emoción en ambas bocas, aderezadas con harta adrenalina.

Ese era el resultado de la altísima expectativa provocada por nuestras interminables charlas hasta la madrugada, acerca de cómo sería ese momento preciso.

Labios temblorosos, lenguas vacilantes, miradas penetrantes, pensamientos lujuriosos, risas nerviosas, respiraciones superficiales, movimientos certeros y declaraciones fuertes sin necesidades de usar palabras: “quiero besarte y lo haré en este instante”.

Me respondiste con tu mirada, también sin palabras: “tomaste una eternidad para hacerlo”.

Los labios se tocaron suavemente y mi lengua entro en tu boca, despacio, explorándote y se encontró con la tuya y jugaron de inmediato.

Tus manos en mi cuello, acercándome aun más a ti. Mis brazos rodearon tu cintura aferrándose fuerte. Creo que ambos teníamos miedo de dejarlo ir, dejar de ir el momento.

Muchas veces me había preguntado cómo puedes hacer eterno un instante. Esa fue una de esas veces.

Pero en cuanto tus labios tocaron los míos, supe que no había necesidad de contar el tiempo…

Abrazo

Soy Alex, escritor, empresario y fundador de epicbook. Me dedico a escribir libros para figuras públicas y a contar historias. Sígueme en Instagram y en Facebook, si quieres aprender a contar tu propia historia y si quieres…