¡Es hora de dejar mi trabajo! Y me cago de miedo.
Un buen día decidí renunciar a mi empleo para hacer lo que más amo en este mundo: escribir.
Moría de miedo, pero tenía dos prospectos de clientes “seguros” que pagarían los gastos de los próximos dos meses, un poco de dinero en el banco y una tarjeta de crédito que no dudaría en usarla en caso de emergencia.
60 días se me hacía tiempo suficiente para empezar a generar los ingresos que reemplazarían mi último sueldo, sobre todo, considerando que ahora dedicaría el 100% de mi tiempo a vivir de mi pasión.
A los pocos días de haber renunciado, uno de esos clientes decidió reducir el proyecto y pagarme solo la mitad del dinero. El otro ya no me contestó y el negocio nunca se hizo.
Durante muchos meses, el primer pensamiento que tenía en mi mente al despertar era saber si llegaría a sobrevivir a fin de mes.
“¿En qué p… problema me he metido?” Era el mantra que me acompañaba de la cama a la regadera, de la regadera a la cocina, de la cocina a la computadora. Estuvo conmigo 24 horas al día, 7 días a la semana.
Pero a pesar de que enfrentaba permanentemente el potencial exterminio de mi sueño, había algo dentro de mí que me decía que todo iba a estar bien. Confiaba en que tenía una gran solución a un gran problema:
AYUDAR A EMPRENDEDORES A ESCRIBIR SU LIBRO.
Y eso me daba la energía y la paz que necesitaba para no sucumbir ante mi ansiedad y mis nervios.
Iba cada 15 minutos al espejo y frente a él, cambiaba la conversación en mi cabeza: “Tu puedes con esto, enfócate en lo que puedes controlar”
Y lo que podía controlar era buscar a quién ayudar y darle lo mejor de mí. Así que todos los días pasaba 8 horas vendiendo, llamando, prospectando y soportando el rechazo, y las 8 horas restantes del día, escribiendo.
Funcionó.
Este año publicamos más de 40 libros y ayudamos a más de 100 emprendedores y figuras públicas. Hoy tengo un gran equipo de 8 personas en 2 países y lanzamos nuevos servicios: Audiolibro, Amazon BestSelling, y distribución en las librerías más importantes del país.
Y, por si fuera poco, hoy estrenamos nueva página WEB.
Gracias a todos mis clientes y las personas que han sido parte de este sueño.
Abrazo
Alex Pacheco