¡Es tiempo de decir adiós!

Lo mejor está por venir.

Hoy nos mudamos de esta oficina que nos trató muy bien. Como en todo cambio que te saca de tus zonas de confort, los primeros días aquí fueron raros, hoscos, aderezados de nervio y emoción a la vez. No sabía cuál sería la historia que nos esperaba. Terminó siendo una epopeya.

Jamás olvidaré el toque suave de su calorcito por las tardes, ni los cánticos de la señora que pasaba por la calle comprando tus “colchoones, estuuufas, refrigeradoreeees y todo fierro viejo” que quisieras venderle.

Fuí muy feliz aquí pero, hoy es tiempo de decir adiós. ¡Gracias por todo!