Gaby se arrepintió de su decisión.

Gaby era una chica sencilla y hogareña de un pequeña ciudad. Tenía muchos sueños y muchas ganas de vivir. Era hermosa, tenía una sonrisa que podía llenar el corazón de cualquiera. Él era un tipo simple con una carrera exitosa.

El destino los unió y ella se enamoró, lo miraba como su todo y quería hacer todo lo que pudiera hacerlo feliz. Él la entendió más que nadie y quería proporcionarle todo lo que fuera bueno para ella.

Él quería que Gaby creciera fuera de las sombras de la vida en el hogar, y se volviera autodependiente. Que aprendiera cómo enfrentar la dura realidad de la sociedad y hacer una carrera, para que si algo le sucedía en el futuro pudiera sobrevivir. Él la guiaba constantemente y, a menudo, incluso la regañaba cuando cometía errores. La estaba moldeando por su propio bien.

Las lecciones de él empezaron a rendir frutos y Gaby empezó a obtener éxito en su profesión, tanto que muchos chicos empezaron a mostrar interés en ella.

Entonces las diferencias comenzaron a crecer. Y Gaby comenzó a pelear con él porque no entendía por qué él siempre la estaba presionando por más y más.

Ella se cansó tanto de escucharlo que un día ella tomó la decisión y lo dejó diciendo: “No quiero sentirme presionada, yo soy capaz de decidir lo qué es lo mejor para mí ahora. Hay muchas personas…