Jamás imaginó salir con con hombre 17 años mayor que ella… Y esto fue lo aprendió
Lo conoció en una fiesta de los ochentas. Jessica traía unos “calentadores” rosas, medias de encaje y una falda negra de olanes al estilo Madonna. Se suponía que debía encontrarse con su amiga ahí, pero al llegar, recibió un mensaje de ella avisándole que llegaría tarde.
“Maldición” — pensó. Jessica sintió un nudo de nervios en el estómago al enterarse que tendría que esperar un buen rato sola, en una fiesta donde no conocía a nadie y, por si fuera poco, vistiendo con minifalda de olanes y un fleco quince centímetros por encima de su cabeza.
Se sentó en la esquina de la barra a un lado de la pista de baile, un lugar que parecía seguro. Pidió un Cosmopolitan para relajarse mientras que el DJ, tocaba “Las chicas solo quieren divertirse” de Cyndi Lauper…
Él, estaba sentado al otro lado de la pista, también solo. Era solo cuestión de tiempo antes de que él se acercará a presentarse y, después de unos minutos, lo hizo. A lo lejos, Jessica lo percibía como un hombre apuesto, sin embargo, cuando se acercó, se dio cuenta de que era mucho más guapo de lo que pensaba y, además, era claramente mayor que ella. Sus líneas de expresión alrededor de sus ojos eran muy marcadas, especialmente al sonreír y tenía las patillas pintadas de canas, que contrastaba con el color negro de su frondosa cabellera peinada hacia atrás. Él, cortésmente la invitó a bailar y Jessica no dudó en aceptar.
Ella notó de inmediato que era increíblemente caballeroso, lo que, por desgracia, la hizo sospechar. Su experiencia bailando con extraños no ha sido la mejor en sus últimas citas, pero definitivamente él era diferente. La abrazaba, pero no demasiado cerca. La dirigía con fuerza de la cintura, pero con sutileza a la vez.
Cuando regresaron a la barra, Jessica había olvidado por completo a su amiga, por primera vez en siglos estaba teniendo una cita con un hombre educado, culto, inteligente y que, además, le gustaba bailar y sabía cómo hacerlo.
Jessica nunca ha sido tan segura de sí misma, siempre está dudando y cuestionándose todo lo que hace, pero este hombre fácilmente la hacía sentir cómoda y relajada.
“¿Cuántos años tienes?” Jessica le preguntó.
"Tengo 52 años", dijo él, después de una pausa algo prolongada.
Jessica disimuló su sorpresa lo mejor que pudo con la esperanza de no ofenderlo. Ella tiene 35 y había estado antes en citas con hombres de 40 años, pero más de 50, definitivamente estaba fuera de todas sus ligas.
Jessica siguió disfrutando la noche y bailó hasta que le dolieron los pies. En todo momento, él se portó como un caballero. Al terminar la fiesta él ofreció llevarla a casa, pero Jessica declinó. Sin cuestionarla y sin insistir, él le pidió un Uber y la ayudó a subirse al auto, no sin antes, acercarse a darle un beso en la boca. Ella lo sintió suave, dulce y breve. Algo a lo que no estaba acostumbrada, los chicos con los que había salido no son tan agradables, ¡especialmente cuando hay música ruidosa y cócteles de por medio!
La noche siguiente, él le envió un mensaje de texto para preguntarle si le gustaría ir a cenar y tomar algo. “Cena y bebidas, woow” - pensó Jessica. Una vez más, algo a lo que no estaba acostumbrada. Por lo general, los hombre que la invitan le envían mensajes que dicen: "oye, estoy viendo fútbol. ¿Quieres venir y tomar una cerveza (emojis de berenjena y salpicaduras de agua)? O, "Hey, reunámonos para tomar cerveza y divertirnos (emojis del diablito morado)". Así que esa, era una propuesta de cita diferente y muy atractiva.
La cena con él fue mejor de lo que esperaba. Se trataba de una cena real en un lugar lindo y sofisticado. Él se esmeraba en cada detalle por hacerla sentir cómoda, no solo le acercó la silla y la ayudó a quitarse el abrigo, sino que se encargó de pedir el platillo principal y el vino, evitándole pasar por el vergonzoso proceso de tratar de decir sobre platillos que Jessica ni si quiera sabía que existían.
Cenaron, platicaron y bebieron el mejor vino que Jessica jamás había probado. Al terminar la cena, él la invitó a un bar de Karaoke y Jessica no dejó de cantar… más canciones de los 80`s.
Lo que siguió después de esa noche fue una relación de casi un año. Fueron a la Ópera, al teatro y vivieron experiencias irresistibles que Jessica no conocía. Hacían viajes de fin de semana, se divertían mucho y ella amaba su compañía. Hasta que… él aceptó una oportunidad de trabajo en otro país y ambos decidieron poner la relación en pausa.
Jessica no estaba segura de mudarse de país y tampoco buscaba una relación a distancia. En ese momento de su vida, necesitaba sentirse cerca de su pareja todos los días.
El dejar de verse fue una decisión muy dura para ambos, especialmente para Jessica, que parecía haber encontrado lo que nunca imaginó en una pareja. Aunque la experiencia no terminó como ella hubiese esperado, ella se alegra de haberla vivido porque aprendió varias lecciones al salir, con un hombre mayor.
Aprendió que un hombre mayor no solo busca un buen cuerpo para jugar. Si bien el tener a una chica más joven tomada de su brazo tiene cierto atractivo para un hombre mayor, él, genuinamente disfrutaba de la compañía de Jessica. Pasaban horas hablando de historias de sus vidas, libros, películas y ambos se presentaban canciones nuevas que descubrían.
Aprendió que un hombre mayor es más seguro de sí mismo. Él era uno de los hombres más estables emocionalmente que ella había conocido, tenía éxito en su carrera y era financieramente libre. Jessica no piensa que los hombres de entre 20 y 30 años sean inseguros, simplemente reconoce que todos nos sentimos cada vez más cómodos en nuestra propia piel con el paso del tiempo.
Aprendió que, el apetito sexual no disminuye con el tiempo, al contrario, él era un gran amante para Jessica. Tenía experiencia, sabía cómo tratarla, cómo tocarla y cómo hacerla sentir mujer. Con él, Jessica no tenía que esconder sus inseguridades en ningún momento al cobijo de las luces apagadas.
Aprendió a definir sus prioridades. Él vivía un momento de su vida diferente al que vivía Jessica. El estar con él, la hizo replantearse la maternidad, la carrera profesional y sus metas de largo plazo. ¿Qué sucede si un día Jessica se despierta y decide que quiere tener una familia? Ella jamás se había planteado cosas tan claras sobre su futuro y gracias a él, empezó a hacerlo.
Pero, sobre todo, aprendió lo que es sentirse como una dama y tener muchas buenas citas a la antigua, incluyendo… todas esas canas.
Abrazo
Alex
Soy Alex, escritor, empresario y fundador de epicbook. Me dedico a escribir libros para figuras públicas y a contar historias. Sígueme en Instagram y en Facebook, si quieres aprender a contar tu propia historia y si quieres escribir tu libro para posicionarte como experto, crecer tu carrera, tu imagen y tu negocio.
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