La cena de negocios

Hace algunos meses, Nancy, tuvo una cena de negocios. Aunque ese día no se sentía del todo bien, no tuvo oportunidad de negarse. Además, había sido ella la que había organizado y recomendado el restaurante. Así que no tenía escapatoria.
Salió del trabajo un poco tarde, y decidió ir a su casa para darse un baño y cambiar de ropa, así que aviso a sus acompañantes que llegaría un poco más tarde.
Planeaba llegar solo 20 minutos después de la hora pactada, pero la ley de Murphy estaba en juego y se encontró con desviaciones y un tráfico de locura. Nancy se puso visiblemente inquieta porque era demasiado tarde y no podía llegar a su compromiso.
De repente empezó a sonar en la radio una de sus canciones favoritas, así que decidió concentrarse en la música para olvidar su frustración. En poco tiempo, no solo estaba disfrutando de la canción, sino también bailando al ritmo de la música. Si bien llegó demasiado tarde a su cita, su estado de ánimo se transformó por completo. Se sentía feliz y relajada. Pudo disfrutar de la velada y conocer mucho más de cerca a sus colegas.
Particularmente hubo una conexión especial con uno de ellos, Pablo, se llamaba. A quién había conocido solo por las reuniones en Zoom que habían tenido a lo largo de la pandemia. Se le había hecho un hombre guapo, pero sin ningún otro tipo de atractivo.
Resultó ser el hombre más encantador que había conocido. Tenía una cultura impresionante y era un excelente conversador…