La historia de una chica que creía que solo el amor podía salvarla de sí misma.

Era una chica vibrante. Curiosa y siempre olfateando la próxima gran aventura en su vida. El próximo gran libro, el nuevo lugar de moda o la última tendencia en sesiones de ejercicio para mantenerse en forma.

Era entusiasta, pero a la vez relajada y sin preocupaciones. Le sobraba energía al grado que tenía que salir a bailar o saltar de arriba a abajo en su cama para gastar, aunque fuese un poquito.

El único problema que ella veía a su vida es que terminó con su pareja. Así que gradualmente, poco a poco, fue perdiendo su apetito por la vida. La puso en pausa. Dejó de ser curiosa y empezó a tener más hambre… pero hambre de comida únicamente. Comía y dormía demasiado de hecho. Era la forma de evitar sentirse así.

En pocas palabras, se dio por vencida de sí misma.

Ella vivía convencida de que debería tener a su lado una pareja que la salvara de las crueldades de la vida. Alguien que la salvarla de sí misma y de ese lugar al que ella va cuando se cae y, del que no sabe cómo regresar.

El Amor, para ella era la línea de meta. La olla de oro al final del arco iris, la única cura para las enfermedades que ni siquiera tenía.

Ella es ahora una bomba de tiempo. Y el amor, se supone que es lo que la desactivará de la inminente explosión.

Nunca imaginó que ella fuera del tipo de personas que creen que sus problemas pueden automáticamente desaparecer, una vez que han encontrado una pareja, pero lo es.