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Las frases que lograron manipularla
Nuestras relaciones son eléctricas, cargadas de energía y emoción que pueden pasar a máximos imposibles y mínimos desgarradores. La calidad de nuestras relaciones depende de la calidad de las personas que elegimos para que formen parte de ellas.
A la mala tuvo que aprender que elegir parejas manipuladoras y maliciosas solo le daría resultados terribles.
Las malas relaciones no siempre se ven mal, pero siempre se sienten mal.
Samanta se sintió insegura, abrumada y aterrorizada por muchas de las situaciones que vivió con su pareja. Aprendió a identificar cuáles eran las palabras que él usaba en su contra. Aquellas que parecían ser sutiles, pero que la hacían sentir insegura y poco importante. Así, fue que aprendió a defenderse y a romper con ese círculo que en algún momento parecía no tener salida.
— No estoy haciendo esto.
Samanta identificó que esta sencilla frase tenía mucho más implícito, lo que realmente su pareja le decía era:
— No estaré en esta relación si vas a actuar así.
Con ello, lograba que Samanta se sintiera culpable por algo.
— Nunca… siempre…
Esta inofensiva frase crea un pensamiento opositor. Cuando Samanta la escuchaba sentía que ella era el problema.