Member-only story
Los mejores 10 kilos que ha ganado
Cuando se divorció cayó presa de la depresión y el agotamiento y eso le provocó perder varios kilos. No fue intencional y tampoco saludable. No comía y no dormía porque estaba demasiado cansada tanto mental, como física, como emocionalmente.
Al verse sumamente delgada y bien formada sucedió algo que no planeó: empezó a gustarle a algunos caballeros. Estar más delgada que nunca la ayudó a captar la atención de los hombres, y eso la hacía sentir muy bien por fuera, pero se sentía terriblemente mal por dentro.
Siguió comiendo poco para no volver a subir de peso y lograr que más hombres se interesaran en ella.
En algún momento, Karla se dio cuenta de que no se amaba a sí misma ni a su cuerpo. Porque lo que estaba haciendo era para complacer a otras personas, a pesar de estar haciendo daño así misma. Darse cuenta de esta realidad la hizo sentir muy triste.
Entonces, Karla hizo su propia versión del libro Comer, rezar y amar, de Elizabeth Gilbert, solo que no había ni oración ni amor, pero sí mucha comida.
A Karla siempre le ha gustado comer y lo había dejado, primero por su depresión y después por agradar a otros. Así que decidió recuperarse así misma, irse a viajar para conocer varios países y olvidarse de su más profundo fracaso amoroso.