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Manuela nunca deseó que le pasara a nadie, ni mucho menos esperó vivir una situación así.
Ella se sentó y quiso esperar a que él corrigiera su mal comportamiento. Hasta que dejó de desear que las cosas mejoraran porque difícilmente un hombre como este, cambia. Él no iba a dejar de engañarla para serle fiel, mucho menos se iba a comprometer con ella. Él solo iba a romperle el corazón.
Lo curioso es que, por un lado, él le decía:
–No estoy listo para hablar en serio contigo.
Y por el otro lado, él tampoco quería dejarla ir.
Después de algunos meses, Manuela se dio cuenta que él hablaba en secreto con otras chicas. En ese momento fue cuando supo que él solo la buscaba para llenar su vacío mientras seguía buscando la supuesta “combinación perfecta”.
Llevaban ya 10 años de novios y él sabía perfectamente que Manuela deseaba casarse y construir una familia. En todo ese tiempo, él no le hizo ningún tipo de propuesta formal. Sin embargo, cada vez que ella estaba a punto de irse, él le lanzaba de inmediato algunas promesas como “nos casaremos el año que viene, una vez que tenga un mejor trabajo”.
Le hacía todo tipo de promesas, pero el final era el mismo: rompía sus acuerdos y no se comprometía con ella.
Manuela se culpó por permanecer en una relación así. Ella sentía que la amaba, pero el hecho…