Mi exnovia celosa y las lecciones que me enseñó…

Alex Pacheco
4 min readAug 28, 2019

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Estábamos discutiendo… otra vez.

Regresábamos de la cafetería cuando empezó a reclamarme. Creo que fue por un comentario que alguien me hizo en un post de mis redes sociales. Yo traía un café y sándwich de atún en las manos, era mi desayuno. Cuando empezó a levantar la voz, me lo arrebató y lo tiró por toda la cera. Café y Atún por todas partes. Apuesto a que el señor que pescó el atún en el mar nunca imaginó que su captura terminaría hecha pedazos en la calle, gracias a mi ex.

Ella era del tipo celosa, no había duda de ello. Su madre le decía que estaba siguiendo los pasos su abuela, quien era tan celosa que un día amenazó con arrojarse al río después de ver a su abuelo hablando con otra mujer.

Eso a ella le parecía perfectamente razonable.

Lo admitía con poca o más bien ninguna vergüenza. Acechaba mis redes sociales, mis tweets, mis likes y creaba historias fantasiosas cuando yo tardaba más de 45 segundos en contestarle. Me reclamaba porque a su juicio, no publicaba “suficientes” fotos de ella o de nosotros y; todo el tiempo tenía curiosidad por saber qué estaba haciendo cuando no estaba con ella.

Pero… ¿Por qué?

Esa era la pregunta que yo le hacía constantemente.

¿Creía que la iba a dejar por otra persona?

¿Creía que yo pensaba que otras eran más bonitas, divertidas, sexys?

¿Creía que la estaba engañando?

¿No confiaba en mí?

Sus respuestas estas preguntas:

Ehhh. Tal vez un poco. No. Sí.

Entonces, ¿cuál era el problema?

Inicialmente, pensé que sus inseguridades eran de esas cosas normales que las mujeres sienten en una relación cuando realmente aman a un hombre. Entonces encontraba siempre una justificación a sus ataques de celos. Le rogaba que dejara de sentirse tan insegura y le compraba regalos para hacerla sentir mejor.

Pero a medida que la relación progresaba, empezó a ser más evidente que ella no dejaría de hacer berrinches por celos descontrolados.

Un día ocurrió la gota que derramó el vaso y aprendí una gran lección…

Estábamos en el cine y compramos una cubeta grande de palomitas de maíz. Al sentarnos en nuestros lugares, me encontré con una ex clienta de mi antiguo trabajo, nos saludamos y conversamos por unos minutos.

A pesar de que la presenté cortésmente como “mi novia”, ese saludo por supuesto me generó una nueva gran batalla campal. Empezamos a discutir y justo antes de empezar la película, tomó la cubeta y la tiró al piso. ¡Oh no! Una vez más. Ahora, palomitas por todos lados. Parecía que su deporte favorito era tirar después de un ataques de celos.

Si pudiera darle un consejo a mi yo de hace unos años, ¿le aconsejaría no haber salido con ella? Por supuesto que no. Sin ella, tal vez para mí sería normal estar con una mujer que tira la comida al piso cuando está celosa.

Al contrario. Gracias a esta experiencia, entendí que las emociones no resueltas y las inseguridades pueden provocar celos completamente destructivos. Y gracias a esta experiencia también, aprendí tres lecciones muy importantes:

Primero, que no eres dueño de nadie y nadie te pertenece. Cuando empiezas a sentir que eres el dueño de tu pareja, haces evidente que hay una falta de confianza y compatibilidad entre ustedes dos y eso no es saludable para la relación.

Segundo, que cuando los celos son destructivos, en realidad el amor nunca florece del todo. Si no hay confianza, las inseguridades se apoderan de la mente y eso deteriora lo que ambos sienten el uno por el otro.

Y, finalmente, entendí que los celos destruyeron la paz. Destruyeron mi paz emocional y la de ella. Y debido a esto, empecé a comprender mis fronteras con respecto a lo que estoy dispuesto a tolerar en una relación, y lo que no. Porque tu paz, es algo que nunca debes permitirte perder.

Así que la relación terminó ¿Fue así de fácil? ¿Alguien te tira la comida al piso y en ese momento ya sabes lo que estás dispuesto a tolerar y lo que no? Para nada, aguantamos muchas cosas antes tomar decisiones en nuestro beneficio.

Toma tiempo. Es muy probable que te lo hagan una, y otra, y otra vez hasta que te decidas a ejercer tus límites.

Pero finalmente lo entendí. Han pasado muchos años de aquella relación y ahora le agradezco por haberme enseñado una de las lecciones más valiosas que me han dado:

No quiero celos que roben mi paz y mucho menos quiero estar con alguien que lanza mi comida por todas partes.

Abrazo.

Soy Alex, escritor, empresario y fundador de epicbook. Me dedico a escribir libros para figuras públicas y a contar historias. Sígueme en Instagram y en Facebook, si quieres aprender a contar tu propia historia y si quieres escribir tu libro para posicionarte como experto, crecer tu carrera, tu imagen y tu negocio.

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Written by Alex Pacheco

Bestselling Author, Founder in Epicbook, Life Enthusiast

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