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No podía conseguir una cita con un hombre interesante hasta que… hizo esto.
Sonrió cortésmente y miró su reloj… por 32va vez en la noche. Agradeció la bebida e invitación, mientras lentamente giró su cuerpo para evitar cualquier contacto físico entre ambos, que él pudiera provocar “sin querer queriendo”.
Mientras terminaba la velada (al fin), él lanzó una última pregunta, presentándola como una broma… con la intención de que, por supuesto, ella mordiera el anzuelo. “¿Quieres ir a acampar conmigo este fin de semana?”. Él aguardó un momento en silencio para ver su reacción y después soltó una carcajada para disimular.
Nancy supuso que era una “buenísima” idea… pasar el fin de semana sola en el bosque, sin señal de teléfono, con una persona que conoció por internet, y que, solo había visto dos horas en su vida durante esta primera y última cita, la cual ella rogaba al cielo que no durara más de veinte minutos.
Su mente pensó instantáneamente en una respuesta determinante: “NO”.
Pero mintió. Le dijo que le encantaría ir, pero su fin de semana ya estaba bastante lleno. Tenía que ir a la tintorería… a recoger ropa. Se encogió de hombros, inclinó un poco la cabeza y murmuró: “Compromisos”. Ciertamente no es buena para dar excusas.