Ok. Soltera y sin hijos a los 40. ¿Y ahora qué?

“Si conozco a una nueva pareja a los 39, todavía podría tener un bebé”. Pensó Brenda agarrándose con las uñas a un pequeñísimo momento de esperanza.

Esa mañana en la que Brenda estaba cumpliendo 38 años, se despertó abruptamente con un sentimiento un poco más aterrador que de costumbre. Dos semanas atrás, terminó su relación con el que había sido su novio durante los últimos 6 años. Así que, además del dolor intenso que aún sentía por la ruptura, esta vez, experimentaba un coctel recargado de muchas gotitas de pánico y unas cuantas de gotitas de “la última esperanza”.

Aquella ligera esperanza se mantenía viva en Brenda, por supuesto, dando casi por hecho, que los seres humanos tenemos algún control sobre cuándo será exactamente el momento en el que conoceremos a una nueva persona para enamorarnos. Y suponiendo también que, efectivamente si ese hombre aparece antes de que ella cumpla 40 años, él de verdad querrá tener un bebé lo antes posible. Descontando que quizá ese hombre, ya tenga al menos uno.

Pues esa pequeña esperanza ayudó a Brenda esa mañana, a mantenerse ecuánime y no sucumbir ante el pánico. Sin embargo, el tiempo pasó rápidamente, en un abrir y cerrar de ojos, Brenda ya estaba cumpliendo 39 años. “Todavía hay tiempo”, se repetía.