Paty se liberó

Durante los dos últimos años del matrimonio de Paty, su marido y ella se convirtieron en extraños el uno del otro. Eran dos personas que vivían en la misma casa, incluso compartiendo la misma cama. Pero, vivían vidas separadas.
Cuando hablaban era solo para discutir. En la mayoría de las ocasiones discutían sobre cómo su marido dormía hasta el mediodía, toda su vida parecía una rutina totalmente aburrida. Se sentían miserables juntos. Pero, aun así, seguían sosteniendo su matrimonio. ¿Por qué?
Ambos creían que no podían irse.
Paty sabía que vivían en una ciudad cara. Sus hijos asistían a una buena escuela, en un lugar agradable. Ella sabía que, si su marido y ella se separaban, no podría pagar su casa sola. Tendría que mudarse tal vez a una casa poco bonita, en un lugar diferente, y alejado de la ciudad; también, tendría que cambiar a sus hijos de escuelas. Ella no quería hacer eso.
Paty estaba trabajando, pero solo a tiempo parcial. Esa decisión la tomó pensando en sus hijos y en ser la madre perfecta.
No tenía ningún ahorro. Y su marido también tenía algunos problemas financieros. Eso era un argumento que él podría utilizar para no dar pensión alimenticia ni manutención para los niños. Entonces, Paty decidió que era mejor permanecer juntos, aunque se sintiera miserable.
Al paso de los años, Paty se dio cuenta que su infeliz matrimonio estaba teniendo un efecto devastador en sus hijos. Desafortunadamente, Paty no era la única persona que…