Santiago se enamoró de una mujer. La conoció por redes sociales a finales del mes de febrero. Tenía la sonrisa perfecta y una voz… que lo volvió loco. La escuchó cantar “Naked As We Came” de Iron and Wine. Ella era buena.

Santiago se dio cuenta que por una semana ella estuvo revisando todas sus publicaciones en redes y leyendo su blog personal.

En algún momento, ella le dijo que nunca había imaginado que podría encontrar a alguien con quien quisiera compartir su vida, hasta que lo conoció. Desde ahí, empezaron a hablar por horas durante más de tres meses.

Por eso, Santiago pensó que la conocía.

Finalmente, decidieron conocerse en persona. Así que planearon un viaje de cuatro días a la playa. Sería el lugar perfecto para verse por primera vez.

Se vieron en el aeropuerto. Se dieron un beso y, tomados de la mano se dispusieron a conocer las playas de todo el puerto. Exploraron sus cuerpos. Compartieron las comidas. Durmieron juntos.

Santiago sintió una total conexión con ella.

Los días pasaron volando y pronto se encontraron nuevamente en el aeropuerto para despedirse e irse cada uno a su lugar de residencia. Se prometieron escribirse y volverse a ver muy pronto.

Pero en cuanto Santiago llegó a su destino y encendió su celular, encontró un mensaje de texto poco alentador. En el cual, ella le…