Si pudiera vivir de nuevo

Si pudiera vivir de nuevo me habría quedado en la cama cuando estaba enfermo, en vez de pensar que el mundo se derrumbaría si no fuera a trabajar ese día.

Hubiera encendido la vela rosa tallada en forma de flor, antes de que se derritiera por estar guardada.

Habría dicho menos y escuchado más.

Hubiera invitado a mis amigos a cenar, aunque mi alfombra estuviera manchada o el sofá estuviera desteñido.

Hubiera comido palomitas en la sala “buena”, y preocuparme mucho menos por la mugre cuando alguien quisiera encender la chimenea.

Habría escuchado con más atención las historias que mi padre contaba sobre su juventud.

Nunca insistiría en que las ventanas del auto fueran cerradas en un día de verano solo porque mi cabello estaba bien peinado.

Hubiera reído y llorado menos frente a la televisión, y más mientras observaba el paso de la vida.

Me habría sentado en el pasto, aunque después tuviera la ropa manchada.

Nunca habría comprado algo solo por ser práctico o por disfrazar la suciedad o con garantía de duración de toda la vida.

Habría apreciado cada momento de la vida de mis hijos, y habría comprendido que son mi única oportunidad en la vida de hacer un milagro.