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¿Soy una persona digna de ser amada?
“Estoy saliendo con alguien”, le escribió él por whatsApp. “Pero, me gustaría intentar algo contigo”.
“Lo debo borrar ahora. No voy a permitir que jueguen con mis sentimientos. El universo seguramente tiene otros planes para mí” –pensó ella-.
Pero no hizo caso a la razón, se dejó llevar por el sentimiento, y no, no lo borró.
La siguiente semana, Ángela fue a surfear con unos amigos. Y él estaba ahí. Tenían 7 días sin hablar y sin enviarse mensajes sin embargo, ella sintió que sus ojos la seguían en cada uno de sus movimientos en el agua.
“Oye lamento interrumpirte, seamos solamente amigos”, –le dijo él-.
“Claro”, –contestó Ángela.
Después de ese pequeño encuentro, estuvieron enviándose mensajes, canciones y fotos sin parar.
“Seamos siempre 100% honestos”, -le sugirió Carlos-.
Ese era el momento perfecto para que Ángela se armará de valor y preguntará por la otra mujer. Pero no lo hizo.
“Es raro conectarse tan rápido con alguien”, -continuó él-. “¿Me prometes que te quedarás en mi vida para siempre?”, le preguntó.
Ángela leyó sus mensajes y su corazón empezó a latir con demasiada intensidad.