¿Una pareja o un socio?

Ya no tengo 20 años, ni 30. Y a medida que me hago más viejo, me doy cuenta que mi perspectiva y visión acerca de una relación, ha cambiado y sigue cambiando…

Yo mismo he cambiado. Como persona, en mi carrera profesional, como hombre. Hoy me doy cuenta que no quiero una novia, quiero una socia. Un “partner in crime”. Sí, eso. No quiero una relación, quiero una asociación.

Cualquiera puede tener una relación, yo las he tenido. Sin embargo, no todo el mundo puede formar parte de algo más profundo que una relación. No todo el mundo puede compartir una verdadera asociación con alguien que ama.

Hoy creo que, estar con alguien no es suficiente para crear una asociación. Amar a alguien no es suficiente para crear una asociación.

Un socio es alguien con quien haces equipo. Ambos son el mayor admirador uno del otro. El animador, el hombro en el cual llorar, el terapeuta y el oído atento, el sexo sin límites y sin tabúes.

Un socio es con quien puedes ser tú mismo y no tienes porque preocuparte de tener que filtrar lo que dices o haces. Alguien que tiene un sentido del humor jodido y se ríe de tus bromas más tontas.

Un socio, es quien reconoce que habrá peleas y desacuerdos. Y cuando eso suceda, habrá un plan y la voluntad para superarlos. Ninguna sociedad será perfecta.

En una sociedad, no hay celos tontos ni deslealtades, cada quien asume la responsabilidad de sus acciones y no culpa al otro por lo que le toca.

Definitivamente, a medida que me hago más viejo, sé que no quiero una pareja, no quiero una novia. Quiero una socia.